martes, 10 de julio de 2012

Capítulo 10

POV: Celia
Dougie era un cliente difícil y más teniendo en cuenta que yo no sabía nada de aquella tienda. Todo lo que le mostraba era o demasiado pringoso o demasiado aburrido.
Cada vez que rechazaba un objeto yo soltaba un suspiro de frustración.
- ¿Qué te parece esto?- dije mostrándole una cabeza de mono disecada
- Ah, ya la tengo, ¿No os ha llegado nada nuevo?
- No, no sé- titubeé
- Ah, eres nueva, ¿verdad?
- No, estoy sustituyendo a mi amiga... En realidad yo trabajo en una tienda de discos aquí cerca, pero...- Callé súbitamente, no quería que pensara que era una cotorra
- ¿Pero...?
- Es una historia muy larga- susurré
- Bueno, tengo tiempo, si no... ¿Crees que estaría aquí?
Me reí y busqué con cuidado las palabras adecuadas para describir lo pasado.
- Pues... A mi amiga, la trabajadora de la tienda, se le ha caído encima un oso y cuando yo y Lucas hemos intentado ayudarla...
- ¿Lucas?
- Sí, mi jefe, amigo o como quieras llamarlo- dije intentando no interrumpir más la explicación- Cuando la hemos liberado del oso le ha caído un bote de lenguas de no sé que a mi jefe/amigo/como quieras llamarlo y bueno... Mi amiga está con él ayudándolo a limpiarse y yo... Yo atendiendo a una súper estrella inconformista.
- Por cierto, ¿Te conozco de algo? ¿Fuiste a un concierto o... Eres galaxy defender?
- No, no soy galaxy defender, pero me gustáis mucho. Y si me conoces.
- ¿De qué?- preguntó
- Adivínalo, mientras tanto yo buscaré algo que complazca al señor- solté
Encontré un par de objetos que me provocaron un trauma y deseé que Lucas se hubiera limpiado ya para poder irme de allí. Por otra parte, me sentía una egoísta porque no estaba disfrutando del momento  con Dougie, así que me acerqué de nuevo a él con un cofre polvoriento en la mano. Soplé y el polvo se dirigió hacia Dougie, que empezó a toser.
- Mira- dije mientras habría el cofre- ¿Suficiente?
Ante los ojos del chico apareció una cadena plateada con una púa de coleccionista. Abrió ligeramente la boca, obviamente sorprendido y se quedó paralizado un momento.
- ¿Qué... hace esto aquí?- susurró maravillado
- No sé, acabo de encontrarlo, pensé que te gustaría. Es en plan vintage.
- Es mi primera púa
- ¿QUÉ?
- La primera púa que tuve en toda mi vida, ¿Qué hará aquí...?
- Oye, pero... ¿La pagarás igual, no?- dije, mientras él me miraba de forma no muy agradable- Bueno, perdón...
- Sí, la pagaré.
Entonces olvidó su mirada asesina y sonrió, entusiasmado. Pagó la púa y se olvidó prácticamente del regalo para Harry.
Antes de salir por la puerta, se giró un momento y me dijo:
- Por cierto, no me has dicho de que te conozco
- London Eye...- dije
- Ah, sí. ¡Ya me acuerdo! ¿Acabasteis el pulso cuando nos fuimos?
- Por suerte no.
- ¿Tenías miedo de perder?- dijo con mirada cómica
- ¡No! Odio los pulsos- dije riendo
- Pues si quieres te reto a uno un día de estos, y a tu amiga también
Hice una mueca ante la idea de un pulso contra él pero luego pensé mejor.
- ¿Y cómo quieres retarme si no sabes ni mi nombre, eh?- inquirí
Se apoyó en el cristal de la puerta un momento, no pude ver para qué y seguidamente se acercó de nuevo al mostrador donde estaba yo, con la cabeza entre las manos.
Dejó un papel con unos números garabateados y una sonrisa dibujada y se fue.
- Espero que me digas pronto tu nombre- dijo mientras se alejaba
Entonces pensé en Sara, moriría cuando se lo dijera. ¡Podíamos volver a quedar con Dougie y los demás chicos de Mcfly!

POV Sara:

Ví a lo lejos que Celia cogía una caja de una estantería, suponía que se la llevaría a Dougie. Así que como al parecer todo estaba bien volví junto al "tontaco" del jefe de mi amiga. Nada más llegar lo ví con cara de asco intentando colgar la camiseta entre las patas de pollo.
-Jo hijo mío, no se que sería de ti en una granja.-dije apareciendo detrás suyo.
-Bueno, no es que este muy acostumbrado a estos... lugares.-dijo con la sonrisa más falsa de la historia.
Reí ante su mueca de asco que retomaba su cara.
-Tranquilo-le dije- dame la camiseta, al parecer las manchas no han desaparecido tan bien como esperaba. Creo que la tendrás que tirar.-continué mientras la miraba entre mis manos.
-Bueno no importa, no creo que me la volviese a poner.
Y por primera vez, ambos reímos como si fueramos amigos.