martes, 22 de mayo de 2012

Capítulo 4

POV: Celia

Odiaba los pulsos con toda mi alma. Cuando íbamos al instituto, ella siempre me retaba y yo siempre me negaba. Los odié aún más cuando vi que entraban personas a nuestra cabina. Hicimos el ridículo de una forma increíble. Allí estábamos, en el suelo haciendo un maldito pulso mientras miradas desconcertadas caían sobre nosotras.
Me levanté como pude, disimulé y miré hacia otro lado, evitando a los que acababan de llegar.
Entonces me dirigí hacia el otro lado de la cabina y observé las vistas distraídamente, pero tuve que girarme al escuchar los chillidos de Sara. '¿Y ahora qué pasa?' pensé.
Entonces vi a mi amiga tirada en el suelo, mirando hacia los chicos que habían entrado. Estaba sufriendo un ataque de risa tonta, como la mía unas horas antes al conocer a Taylor Swift.
Por primera vez me fijé bien en aquel grupo extraño, cuatro chicos. Detrás suyo, fuera de la cabina, unas cien chicas enloquecidas chillaban con fuerza sus nombres y agitaban pancartas.
- Uf, nos hemos salvado- soltó un chico con el rostro lleno de pecas- ¿Qué, estás cómoda?
Cuando miró a Sara, tumbada en el suelo y señalándolos como si fueran un milagro, ésta se espabiló en seguida y se levantó rápidamente.
Entonces supe quienes eran. Mcfly. El grupo cuyas canciones hacen sonreír siempre. El grupo que pone una frase a las fans en una canción. Los cuatro perfectos chicos con los que Sara se obsesionó hace mucho.
 Ella era una 'Galaxy Defender'. Yo acabé afectada por su continua charla sobre ellos y acabé escuchándolos también. Me gustaban, tenían algo diferente, eran como todas las vacaciones del año juntas. Aún así, nunca me consideré Galaxy Defender.
Mi amiga era bastante lanzada, así que dejó atrás su imagen de fan loca y avanzó hacia Danny.
- Hola, soy Sara- dijo estrechando su mano
- Hola Sara, yo soy...
- Si, si, lo sabemos. Yo soy Celia- dije- ¿Un autógrafo?
Sonrió y decidió firmar, igual que los demás. Dougie nos dijo que podríamos hacernos una foto familiar, y nosotras asentimos encantadas.
Quedó genial. Nosotras con Mcfly y las magníficas vistas de Londres de fondo. Un sueño.
Tanto tiempo allí arriba con ellos nos hizo enterarnos de que efectivamente estaban locos, pero no tanto como en los vídeos. Tenían mucha iniciativa y personalidad. Danny encontraba frases ingeniosas para todo, lo cual dejaba maravillada a Sara; Harry era muy atento con nosotras y se ponía de nuestra parte cuando fingíamos peleas; Dougie era muy dulce en persona, y más romántico de lo que hubiera pensado. Eso si, dos minutos después seguía riendo junto a los demás y Tom... Tom era Tom. Se pasó toda la vuelta hablando de sus 'perfectamente perfectos e increíblemente increíbles' gatos.

POV Sara:

Ví como Celia se levantaba y se ponía a ver las vistas como si nada hubiese ocurrido, la verdad me quedé un tanto confusa, ¿pretendia parecer normal ahora?.Me giré y los ví, ellos, mis mismisimos ídolos. Me eché a reir como una descosida en medio del suelo, noté que Celia se giraba y me miraba con cara de '¿Qué haces?' Entonces los señalé, no podía de la risa, me parecía irreal, hasta que Danny, ¡Wow! Danny Jones, me dijo:
-¿Qué, estás cómoda?
Entonces me espabilé, y me dirijí hacia él tendiéndole la mano y presentándome. Creo que fue una muestra de ' Seré tu fan pero lo último que voy a hacer es achantarme por vergüenza a lo que pienses de mí'
Celia, que miraba raro la escena, se acercó y propuso autográfos. Todos eran magníficos tal y como me los había imaginado, jamás pude creer que esto me pasara a mí. Lo malo era que la vuelta del London Eye se acababa y pronto las fans los engullirían hasta los huesos.
-Bueno, chicas ha sido un placer hablar con vosotras pero esto se acaba.- dijo Tom poniendo el chip de 'mamá on'.
- Es verdad-dijo Harry poniendo una cara de circunstancias.
-Adoro a las fans - dijo Dougie- pero a veces temo a salir sin calzoncillos de esas masas.
-Ejem- carraspeé -Soy una fan.
La mirada de Dougie cambió de repente, parecía un niño pequeño que acababa de ver su error. Murmuró algunas palabras y se movió de forma patosa por la cabina intentando arreglarlo.
- Ah, lo siento. En serio, no sabía que... Bueno, lo sabía pero no me... Acordaba- terminó con cara de inocente- Bueno, quiero decir que...
- Déjalo Dougie- dijo Celia riendo- Te entendemos.
Él suspiró aliviado y todos rieron.
Capitulo 3


POV Sara:


- Celia, cálmate.- le dije a mi amiga que estaba adquirendo un tono azulado. Hacía como media hora que habíamos conocido a Taylor Swift, y desde que se fue estaba soltando frenéticamente unas risitas que me hacían poner nerviosa. De repente comenzó a soltar carcajadas y por supuesto, yo tampoco me iba a quedar atrás.
- Sara no me creo que esto haya pasado.- me dijo ella despues de 15 minutos de risas.
- Pues bueno ve creyéndolo, porque si tenemos que visitar Londres contigo azul de la emoción me acabarán mirando raro- le respondí con una risita.- Bueno, ¿Qué te parece si vamos a mirar museos mientras esperamos a esta tarde?
-¡Claro!
Visitamos varios museos durante el resto de la mañana, nos hicimos fotos con algunas esculturas graciosas y yo me dediqué a ponerle caras raras a las estatuas de la isla Pascua. A Celia. en cambio. le gustó más maravillarse con el personaje de Sherlock Holmes. Más tarde fuimos a un restaurante a comer lo típico de allí y finalmente llegó la hora de subir al London Eye. 
-Sara, ¿qué hora es?- me preguntó Celia mirándome.
-Pues a ver, espera que desde aquí no se ve muy bien el Big Ben.- me puse de puntitas, fijé la vista, y mis ojos se abrieron como platos.- Celia, ¿A que hora teníamos que estar en el London Eye?
Pregunté, temiendo lo peor.
-Pues a las cinco- me respondió- ¿Porque lo preguntas?
-Pues porque son las cinco menos cinco- dije mirándola con una cara de cachorito.
-¡Sara, estamos en la otra punta de Londres! ¡No vamos a llegar tiempo!- me gritó. Y entonces, mi instinto de locura se encendio al instante y ella al ver mi cara se temió lo peor.
-Oh no, Sara no...
-¡Sígueme!- le dije echándome a correr. 
Y sin tiempo a detenerme me siguió por todo Londres, cogimos taxis que iban a toda pastilla, saltamos semáforos en rojo para peatones, nos caímos alguna que otra vez y casi tiro a una señora por los suelos. Cuando ya veía el lugar para ir a las cabinas de la noria el Big Ben tocaba ya la hora. Y en un último impulso, tiré de mi amiga de la manga y llegué hacia al chico al que debía dar los tickets. 
-Sara, no sé como lo has conseguido-dijo Celia parándose a mi lado- ¡pero ni se te ocurra volverlo a hacer!
-Bueno pero hemos llegado ¿no?- dije sacando los tickets para dárselos al chico. Pero cuando metí la mano  dentro de mi bolsillo descubrí las entradas que había encargado por internet y las que me había dado Taylor.
-Sara ¿le das las entradas al chico o nos quedamos esperando a que despiertes? 
-Bueno Celia ¿qué pasa si tenemos 4 entradas?- dije mostrándoselas, ví que cogió aire y dijo un tanto tensa.
-Supongo que tendremos que estar una hora entera ahí dentro.
-A entonces no hay problema.
- ¿No decías que habías olvidado encargarlas?- preguntó
- Perdone usted por no acordarme de todo.
Le dí las entradas al chico y entramos dentro de la cabina, curiosamente estábamos solas así que podíamos hacer el loco. Al principio las vistas no eran muy encantadoras, pero a medida que la lenta noria avanzaba, todo se volvía más bonito. Cuando habíamos dado tres cuartos de la vuelta comencé a aburrirme.
-Celia esto es muy aburrido...- dije alargando cada palabra. 
-Bueno no te quejes tanto que aún nos queda otra vuelta, eso si acabamos esta.- me respondío 
-¡Pues ya sé! Hagamos un pulso- dije toda emocionada, hacía como 6 años que no haciamos un pulso. Y, bueno, siempre la había ganado, además de que ella lo odiaba, no sabía el porque. Siempre lo encontré lo más divertido que había en el mundo cuando te aburrías en lugares como este.
-Sara no... además no hay sitio donde apoyarse.
-Pues nos estiramos en el suelo y ya está
-Claro ¿y si de paso nos tiramos desde aquí rompiendo el cristal?
Y sin responderla ni avisarla, tiré de ella al suelo.
-¡Sara, serás bruta!
-Venga pon el brazo- dije entre risitas.
-Que infantil eres...
-Bueno ¿lista? 3,2,1...¡YA!
Y cuando dige "¡Ya!" entraron 4 chicos de unos veinte años a la cabina. Celia y yo nos quedamos paralizadas y en cuanto la puerta de cerró y los chicos se dieron la vuelta, mi cara fue un poema. 

lunes, 21 de mayo de 2012

Capítulo 2

POV: Celia

- Por cierto, no pierdas las entradas para el London Eye, dicen que en esta época hay mucha gente que va y suerte que las tenemos anticipadas, porque si no no podríamos ir- dije abriendo la puerta del Starbucks
- ¿Qué entradas?- dijo Sara escogiendo al azar una mesa
- Las que te dije que encargaras por Internet, ¿Te acuerdas?
- Ah, si
Buscó con la mirada a una camarera, sin hablar más sobre el tema. Al principio no sospechaba nada, era muy buena mintiendo, pero al cabo de un rato noté como evitaba mi mirada y se incomodaba cuando hablaba sobre lo geniales que eran las vistas desde arriba del London Eye.
- Suéltalo- dije al ver que ninguna camarera nos hacía caso
Ella forzó una sonrisita y puso cara de confundida susurrando un '¿Eh?'
- Va, sé que escondes algo- ella seguía fingiendo- Sara, como no me digas que pasa te haré cosquillas hasta que mueras. Y como al parecer ninguna camarera se digna a venir, no habrán testigos.
Se río y me hizo prometer que no la mataría.
- Me olvidé de encargar las entradas- dijo inclinando un poco la cabeza con actitud de niña buena
- ¡SARA TE LO DIJE CON ANTELACIÓN!- grité mientras una camarera se acercaba inocentemente, con temor a interrumpirme- Genial, ahora se digna a venir
Por suerte, la chica no me había oído.
- Hola, perdón por interrumpir pero esta mesa estaba ocupada. Lo siento- dijo la camarera
Al instante me di cuenta de que encima de la mesa había un trozo de papel con un nombre escrito. Ni siquiera lo leí, me estaba muriendo de vergüenza por robarle la mesa a alguien.
- Ah, bueno, ya nos vamos
Cogí mi bolso, donde llevaba la cámara y un poco de dinero y obligué a Sara a levantarse. Al parecer, quería quedarse eternamente allí, quizás planeaba una huelga en plan 'No nos moverán', porque se quedó quieta mirando el papel de la mesa. Estiré de ella por el brazo, obligándola a salir de allí. No quería pasar más vergüenza.
- Para...- dijo intentando hacerme comprender algo- Mira
Señaló el papel y entonces entré en una especie de... Ataque de fangirleo.
Escrito en una caligrafía dejada ponía 'Taylor Swift'. Ahogué un grito y abrí los ojos al máximo. Sara acabó riéndose de mi reacción exagerada.
Entonces comencé a reír yo. Siempre que pasaba algo relacionado con mis ídolos me reía.
Allí, en un Starbucks londinense, comencé a llorar por la mezcla de la emoción y la risa que me provocaba estar viviendo todo aquello. Y entonces entró por la puerta una chica alta de melena rubia y larga. Esa chica que me daba esperanzas cuando estaba todo perdido. Esa chica cuya música lograba hacerme sentir comprendida. Esa chica que fue mi motivo para sonreír en los peores días. Mi modelo a seguir estaba delante mío.
Nos saludó con un perfecto acento inglés mientras la camarera nos echaba bruscamente alegando que solo eramos dos pequeñajas 'roba-mesas-reservadas'. Sara se indignó y le soltó que no volvería a ese Starbucks jamás y que esparciría el rumor de que usaban chocolate 'reciclado' para fabricar sus muffins.
Taylor se río y le dijo a la insolente señora que nos podíamos quedar con ella. Sara le hizo una mueca a la camarera y nos sentamos junto a Tay. Si, yo... Sentada con mi ídola en un Starbucks.
Tomemos un tiempo para fangirlear: IKMYHNRGFVTEDCSXNYTHBGRVWX.
Y así es como me sentía en aquel momento. Estaba temblando, llorando y riendo. Sinceramente, creo que se pensó que estaba loca. Me presenté con un hilo de voz y conseguí decirle lo que significaban para mi todas sus canciones y lo orgullosa que me sentía de ser Swiftie.
- De echo, 'Change' es mi vida en forma de canción- acabé
Ella sonrío y se llevó las manos al rostro, como hace cada vez que gana un premio. Estaba ilusionada de saber las vidas que podía cambiar con solo una canción.
Tomamos muffins (Si, los supuestamente echos de chocolate reciclado) y un batido cada una. Me sorprendió lo dulce que fue con nosotras, como si fuéramos amigas de siempre, evitó que nos sintiéramos inferiores o incómodas. De echo, nos sentimos tan bien hablando con ella que acabamos contándole que nos habíamos quedado sin poder ir al London Eye. Y para mi sorpresa, nos dijo que nos ayudaría a ir.
Si, era demasiado perfecta en persona.
Nos acompañó al lugar donde vendían las entradas y entró con aires fingidos de superioridad, pisando fuerte y con la cabeza alta. Nos miró, rió y continuó su camino.
Dejó totalmente eclipsado al vendedor, que se ofreció a regalarnos dos entradas.
- Aquí las tenéis. Ha sido un placer, tengo que irme- dijo con una sonrisa
- ¡ESPERA!- chillé- ¿Te importaría... darme un autógrafo... y hacerte una foto con nosotras?- dije tímidamente
Se ofreció encantada y mientras nos hacíamos la foto aproveché para poner un papelito con mi teléfono móvil en su bolso, como quien no quiere la cosa. ¿Qué? Era mi modelo a seguir, vosotros también lo habríais echo.
Con una sonrisa en la cara, esperamos a que dieran las cinco, hora en la que montaríamos en el London Eye. Y, como no, pude desahogarme al fin.


jueves, 17 de mayo de 2012

Capítulo 1


POV Sara:


Notaba cierta molestia, una cosa, grande y pesada saltaba sobre mis adoradas colchas de Star Wars. Mi mano se dirigío al reloj de mi mesita de noche y miré la hora. 
-¡Celia! Són las 8:00 de la mañana, ¿Se puede saber qué haces despertandome?- dije echándola de mis más sagrados bienes materiales, las sabanas. 
-Venga levantate, que vamos a buscar trabajo.- dijo toda iluminada ella.
-¿Cómo? ¿pero no tendríamos que ir el lunes? No sé, digo yo- le respondí mientras me liaba más entre las mantas. 
-Tienes razón, pues entoces vamos a visitar la ciudad. Así de paso nos acostumbramos un poco al lugar, ya que aquí todo va al revés. Y también podemos ver algun que otro famoso ¿no?
Cuando oí lo segundo que dijo salté de la cama como un muelle, y con la mayor sonrisa que pude dar en estado de mañanera me puse a decidir que ropa me pondría.
-¡Es verdad! ¿Y si nos encontramos a los actores de Narnia? ¡Sería alucinante! O puede que haya venido alguno de América, quien sabe! y no creo que te tenga que decir en quien más pienso ¿no?- acabé diciendo con un gran chillido de fangirleo.
Celia río y soltamos a la vez:
-¡¡¡Mcfly!!!
-Bueno Sara, coge cualquier cosa, que iremos a un starbucks, tenemos la nevera tan vacía que podemos oír el eco.
En diez minutos estábamos, de camino a un starbucks. Tuvimos algunos problemas con los cambios de sentido que tenían los ingleses, pero bueno, me acostumbré. ¿Qué narizes? No me acostumbré para nada.
-¡Pero sera bruto! ¡so guiri que es por el otro lado!- le solté al primer coche que estuvo a punto de atropellarme.
-Sara, ¡por el amor de Dios! que eres tú la que te equivocas. Vamos, que a este paso no veremos ni el siguiente cruze.- dijo mi amiga, tirando de mi manga mientras yo seguía lanzando maldiciones. 
-Maldito país, ¿tanto le cuesta al mundo ir todos igual?
-¿Y a ti tanto te cuesta entrar en el starbucks?- dijo Celia con su mirada asesina.
-Anda ¿ya hemos llegado? si es que soy la mejor- dije entrando toda orgullosa.
-Pero si lo he encontrado yo.
-Bueno, las dos, pero que no se te suba a la cabeza ¿eh?
-A quien se le esta subiendo a la cabeza esto es a ti-  respondio ella toda divertida.

miércoles, 16 de mayo de 2012

Prólogo

Point of view (POV): Celia
- Sara, te mato. Te juro que te mato- chillé desde el otro lado de nuestro pequeño apartamento londinense
- ¿Por?- dijo ella mordisqueando una magdalena 
- Porque no me parece muy normal que te hayas gastado todo el dinero del viaje a Londres comprando CDs en el primer día. ¿Pretendes que lo pague yo todo?
- ¿Tengo que responder?
- Sara, no somos millonarias, todavía no hemos encontrado un trabajo aquí.
- Pero valía la pena
Salí de la sala de estar y me asomé a la habitación de Sara, donde ella estaba sentada en la cama con un montón de CDs esparcidos por el suelo. Mi supuesto enfado no duró ni un segundo más, en seguida me puse a reír como una loca. 
- Bueno... ¿Qué CDs has comprado? Si valía o no la pena lo diré yo- dije fingiendo un aire de superioridad como el de un maestro ante un niño
Me senté con ella y recogí algunos CDs. Simple Plan, Mcfly, Taylor Swift, Blink182... Y Boys like Girls, lo cual es extraño, porque solo me gustan a mi.
Sin decir ni una palabra más escogí el de Mcfly y la música comenzó a sonar por toda la habitación a un volumen por el que nos podrían haber denunciado. 
Supongo que así es como somos, dos locas unidas por el auricular de nuestro MP4. Siempre hemos sido así, desde los doce años hasta ahora, con veinte y viviendo nuestro antiguo sueño: Mudarnos a Londres. Apenas sabemos nada sobre esta mierda de sociedad. Lo único que tenemos claro es que la música es vida, o más que eso, es una medicina si estamos heridos, la mejor amiga si necesitamos consejo y como un tatuaje, te marca.