domingo, 10 de junio de 2012

Capítulo 6


POV Sara:


Salí de la tienda de discos con mi amiga del brazo. Ella ya había conseguido su trabajo así que ahora me tocaba a mí encontrar el mio, pero Celia me frenó de golpe.
-¡Sara, para ya! Que no vamos a llegar tarde a ningún lado.-me dijo ella empezando a caminar tranquilamente.
-Bueno pero yo también quiero tener mi trabajo "soñado"- le respondí haciendo comillas al aire.- además por lo que veo, te has ganado al chico con el piropo que le has soltado- dije riendo a carcajada limpia.
-¡Calla!-Dijo dándome un golpe en el hombro- Tú tampoco sabías que era español.
-Ya pero tendrías que haberte visto la cara, ¡ha sido épica!
Seguimos hablando sobre lo que ocurríó en la tienda mientras buscábamos algún puesto de trabajo para mí. Celia me mostró varias opciones y las personas que nos atendían para las entrevistas eran muy majas, pero no era lo que yo buscaba.
- Hola - saludó Celia entrando a otra de la miles de tiendas de Oxford street.
-¿En que puedo ayudarle?-se ofreció una chica de pocos años mayor que nosotras.
-Pues verá, mi amiga...- empezó ella, pero no pudo seguir porque le tapé la boca y le mostré un papel a la chica.
-Necesito que me diga donde queda esta tienda- continué yo mientras quitaba la mano de la boca de Celia (ya que estaba comenzando a morder).
-Bueno no se muy bien dónde de queda pero...-empezó diciendo ella, pero luego, cuando continuó, fue como escuchar a mi madre regañándome- Bla bla bla bla....blabla
Y se estuvo así durante diez minutos en los cuales yo solo asentia y decçia monosílabos. Cuando acabó le dí las gracias y salí fuera con mi amiga.
-Celia, ¿traducción?-le dije a mi amiga con cara de bobalicona.
-¿No has escuchado?-dijo con cara de fastidio.
-Pues no
-Bueno sigueme, pero no es mi culpa si me equivoco.
Nos perdimos, nos desviamos, nos separamos, nos perdimos cada una por su cuenta y nos volvimos a encontrar y al fin llegamos.
-"Jack rarezas"-traducí mirando el cartel.
Celia que estaba a mi lado dijo:
-¿Segura de que quieres trabajar aquí?
-¡Claro!-exclamé
-Si tú lo dices...
Entramos en la tienda y miramos a todos los lados. La verdad es que todos los objetos de allí eran espeluznantes pero seguro que no mordian, o eso creo.
-¿Buenas, qué se les ofrece?- Saludó un hombre de apenas 45 años.
Tenía el pelo castaño y los ojos verdes oscuros y no tenía pinta de borde.
-Hola-dije- he visto el cartel que dice que necesita a alguien...
-¡Es verdad! Supongo que estarás interesada ¿no?
Y asentí con una sonrisa de satisfacción. Jack, que ese era su nombre, me concedió una entrevista en la cual casi me mata a preguntas, y después me hizo firmar una serie de papeles que no tenía ni la menor idea de para que servirían. Mientras, Celia miraba escandalizada toda la tienda. Cuando acabé ella salió volando de ahí.

-Menos mal que nos hemos ido ya de ese lugar-dijo aliviada recuperando su color natural.
-Bueno no exageres, ¿que tal si vamos a comer a algún lado?
-¡Claro!-respondío emocionada.

POV: Celia

Entré, parpadeé y ahí estaba. Una cabeza de... ¿Mono? disecada, colgada frente a mis ojos. Ahogué un grito mientras Sara hablaba con el vendedor de la tienda de rarezas.
Creo que mis labios esbozaron una mueca, porque era bastante desagradable.
Sara se movía por allí cómodamente, sus ojos lucían emocionados y se notaba que se lo pasaba bien. Siempre había sido muy curiosa.
Yo, en cambio, parecía una señora mayor viendo la 'joventud de hoy en día'.
Caminaba con los ojos abiertos de par en par. Sara estaba en la mitad de su entrevista.
Me tropecé con una mesa (Y sí, duele) y estuvo a punto de caer un bote de... Bueno, a saber lo que era. Los reflejos estuvieron a mi favor y conseguí cogerlo antes de que rozara el suelo, pero al incorporarme, se me enredó un mechón de pelo en una extraña estatua de porcelana. Me moví, incómoda, haciendo que la estatua cayera sobre mí. Chillé, porque realmente pesaba.
Mi amiga me lanzó una mirada asesina, casi maternal. Parecía que decía 'Compórtate'.
Poco a poco, conseguí desenredar mi pelo y colocar bien la estatua.
Jack, el encargado de la tienda, se dio cuenta del lío que estaba montando y por un momento pensé que no iba a salir viva de allí. Una risa tonta por mi parte y un 'Perdón' tímido fue todo lo que consiguió.
Sonrió en plan 'No tiene remedio' y prosiguió la entrevista.
Yo seguí caminando por aquella extraña tienda como si nada hubiera pasado, pero sentí los ojos de Sara clavados en mi espalda. 'Qué pava es' estaría pensando.
Encontré ojos en una botella (Espero que fueran de mentira), saleros con formas curiosas, muchas luces que seguro que no verías en ninguna otra tienda y demás.
Por suerte, la hora de irnos llegó antes de que pudiera hacer gala de mi patosidad una vez más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario